¡Desatemos la soga! No más suicidios. Ya es hora de ir más allá del asombro y los titulares

Por: Lolita Celedón
Es hora de hacer algo y romper el círculo vicioso que amenaza con envolver nuestra ciudad en una sola enfermedad mental, debemos primero desde nuestro interior querer detener esas muertes por autoeliminación, así que ¡Manos a la obra!
Estamos manejando masivamente una verdad oculta, tan intensamente dolorosa y que el suicida la ha estado gritando con vehemencia antes de tomar su trágica decisión ¿Quizas al lado tuyo? Y no siendo escuchado o comprendido pone fin a su vida, dejando a la población llena de ascuas y de un tema que aun se toca con cierto tabú.
El fenómeno va en aumento y es preciso encontrar formas de abordarlo, especialmente con los más jóvenes.
Se requiere adelantar la distribución de los protocolos familiares, sociales y aquellos que se requieran para identificar y atender los conflictos emocionales.
Es preciso enfatizar la importancia de reclutar a los padres, de enfilar a las familias, el suicidio representa más que un daño voluntario contra uno mismo; es un problema de salud pública.
En las Sagradas Escrituras se hace referencia al suicidio de Saúl dejándose caer sobre su espada y seguidamente su escudero se suicidó utilizando el mismo método que su jefe, poniendo de manifiesto el efecto imitativo del suicidio.
Con la publicación de la tragedia “Romeo y Julieta” de William Shakespeare, numerosos adolescentes, identificados con los personajes y sus turbulentos amores terminaron sus vidas por amor.
Debemos TODOS agarrar esa soga y desbaratar ese nudo, no es responsabilidad sólo de un alcalde, de aquellos que estan frente a temas de Educación, Salud. El fenómeno de quitarse la vida es mucho más generalizado de lo que se piensa. Y es mundial: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo.
La depresión, la ansiedad, las consultas reiteradas a los médicos por nerviosismo crónico, los conflictos en las familias, la insatisfacción con los logros personales se están llevando a nuestros hermanos.
Un buen comienzo para reducir esta lamentable estadística, es ayudar a los jóvenes a asumir la vida con retos, luchas y dificultades como parte de ella. Sólo de esta manera podremos formar ciudadanos mucho más fuertes, con un proyecto de vida claro, decididos a enfrentar la muy disímiles situaciones de la vida moderna.
El suicidio es una tragedia que no solo afecta a la víctima directa, sino a toda su familia con efectos devastadores que difícilmente se curan. Y abordarlo con la contundencia requerida es un deber pendiente no solo de las autoridades para tratarlo y prevenirlo, sino de la sociedad entera que debe hacer un ejercicio de introspección para determinar qué es lo que está sucediendo.
Vamos TODOS UNIDOS Y EN AMOR a desbaratar ese nudo