Tuto haciendo y el enemigo destruyendo
por: Irina Celedon.
Por estos días cuando el ambiente de Valledupar ha estado empañado por hechos de violencia que han llamado la atención de los que vivimos en esta hermosa ciudad y de sus mandatarios, que se han atesado el cinturón, dispuestos a no dejarse ganar la batalla de la delincuencia, he reflexionado llegando a la conclusión, que no sólo los delincuentes de mano armada le roban a los vallenatos, que también hay personas asolapadas, escondidas, que empuñan armas peligrosas y destructoras; como la envidia, la frustración y la maldad, sentimientos letales que pueden acabar con metropolis enteras, si se les permite.
Y me refiero a esas personas que no asimilan que perdieron el poder, que las elecciones pasaron hace rato y que las próximas están lejos, que no es su momento y que lejos de desgastarse en querer enlodar, no a un gobierno, sino a una ciudad, deberían aunar esfuerzos para construir en este hermoso ‘Valle’ al que todos queremos.
No pretendo tapar el sol con las manos y decir que los hechos de violencia presentados en los últimos días en Valledupar no merezcan las criticas de la comunidad, como muchos lo han hecho, pero que en señal de solidaridad, han rodeado a las autoridades, a su Alcalde, que se ha movido ‘como gato boca arriba’ buscando solución al problema, que es generalizado en todo el país, muestra de ello es la muerte la semana anterior del joven abogado de Valledupar, acontecida en un barrio residencial de Barranquilla, de estrato seis, sólo para robarle sus pertenencias.
Y no quiero decir con esto que tengamos que conformarnos, porque ‘el mal de muchos es consuelo de tontos’, pero tampoco podemos permitir que unos cuantos digan que Valledupar está en manos de la delincuencia, alejando con ello a turistas, inversionistas, y sembrando un negro ambiente en una ciudad donde se respira progreso, amor y empuje para el futuro.
Contra esas personas que se esconden bajo cuentas falsas para atacar un gobierno que trabaja minuto a minuto sin descanso para hacer las cosas bien, también hay que luchar, para que no sigan sembrando esa percepción de violencia que ellos llevan incrustadas en sus mentes y en sus corazones, porque no aceptan que llegó un gobernante diferente, con ganas de trabajar y entregar al finalizar su cuatrienio, una ciudad llena de obras, pero más importante aún, una ciudad amable, educada, donde se respire y se aplique la cultura ciudadana.
Recordemos, los buenos somos más, y para lograr el desarrollo de Valledupar, todos debemos empujar para el mismo lado. El enemigo vino a destruir, robar y matar, no se lo permitamos.